Lo mejor es que tintes las lunas. Convence a tu mujer de que el pequeño no recibirá tanto sol directo, que aunque el coche vaya con el clima puesto seguiría recibiendo una importante insolación.
Las cortinillas esas con forma de osito ó las que van pegadas con ventosas son una horterada y el último recurso. Las lunas tintadas son estéticamente mejores, no impiden que puedas bajar las lunas traseras, reducen los rayos UV y la temperatura en el interior del coche y cuando no se usan no están dando vueltas por la bandeja ó el maletero. Además, puedes salir de viaje con el día nublado y a los 10 minutos hacer un sol de la hostia que fría al crío. Si vas en autovía igual tienes que esperar 30 km para poder parar en algún sitio y poner el parasol portátil.
También en caso de accidente, impide que se quiebren los cristales y sirven de disuasión para ladrones porque el interior permanece más discreto y es más difícil romper las lunas traseras.
Y por último, los parasoles portátiles no cubren bien el cristal, y la ley de Murphy dice que el sol entrará por el resquicio que queda dando en los ojos al niño.
La misma ley de Murphy, explica en su corolario que las ventosas se despegarán en el momento en el que el sol sea más molesto.
A ver si convencemos a tu señora y enhorabuena papás.