No puedo resistirme a contarlo.
Era la sobremesa de ayer, hacía ya un buen ratito que habíamos salido del garaje... En la zona más concurrida de la autovía veo cómo se coloca otro vehículo casi rozando mi culo, no alcanzaba apenas a verle las lupas. Empieza a meterme presión y decido echarme un poco a un lado, para "ver qué pasa" y devolverle la moneda pero multiplicada por dos.
Me adelanta mirándome desafiante, es una piva, con un carro despampanante, no acierto todavía a distinguir la marca, pero es "tunera" seguro, lleva un montón de pegatinas de marcas de prestigio por todas partes.
Me coloco justo detrás pero me cuesta darle caza. Alzando la vista un poco más allá veo un pequeño atasco, los dos carriles ocupados. Ni corta ni perezosa se mete por el arcén sin apenas frenar y adelanta a todo pichi pata. Le sigo los pasos, me ha abierto camino y el riesgo es menor.
Pero sigo sin poder alcanzarla, llevo más peso y seguro que peores prestaciones. Llega la zona de curvas, ésta es la mía. En la primera de izquierdas me cierra y toco con el guardarrail. Estoy seguro de que ella siente la presión y vuelvo a pegarme mucho más, pero me sigue faltando potencia. Por unos momentos me planteo tirar a la niña y la silla por la ventana, imposible... Otra curva a izquierdas y ZAS!, le paso por fuera dando el todo por el todo. AJUSTICIADA!
Me da las largas para reconocer su derrota, pero para disimular se detiene a la derecha, nada más pasar la sección de fruta y verdura y junto a los lácteos. Ahora lo puedo ver claramente, lleva el carro mucho más
vacío que el mío y es de fibra, mientras que el mío es un hierro y va hasta los topes. Mi gloria es aún mayor. Lástima que se me cayeron las endivias en mi roce con el guardarrail de zanahorias.
He pensado en pedirle el vídeo al segurata del super para subirlo a Youtube, pero al final he decidido que mejor no, por si Pere me identifica.