Con frecuencia se comenta que los gastos anuales, tanto en mantenimiento como en averías es más rentable que una nueva inversión. Lo he visto en varios sitios y la comparación no me parece correcta. No se puede comparar unos gastos en reparaciones de 2.000 euros con una inversión de 20.000 euros.
Lo que sería correcto es comparar la amortización del vehículo con el gasto en reparaciones. En el caso anterior, sería comparar un gasto en reparaciones de 2.000 euros con la amortización de una inversión de 20.000 euros en, pongamos 10 años, como valor típico, es decir 2.000 euros/año.
Simplificando, si el gasto anual no excede el valor de amortización, no tendría sentido en principio plantearse un cambio de vehículo.
Por supuesto, esto son criterios únicamente económicos, sin incluir valoración de mercado, estado del vehículo, uso, tipo de gasto, etc, que pudieran sumar o restar en uno o ambos lados de la balanza.
En mi caso y por suerte, aún pongo el límite en unos 1000 euros/año con un máximo de 3 años seguidos.